¿Qué tan popular es la música clásica en Chile?
El proyecto de investigación anillo de Música y Patrimonio (Animupa), liderado por la UC y conformado por cuatro universidades, busca estudiar la música docta o de arte, como una práctica cultural y forma de patrimonio, desde una mirada multidisciplinaria y esperando contribuir al diseño de políticas públicas y culturales en el país.
En Chile, existe el prejuicio que considera a la música de arte o selecta como una práctica cultural incapaz de reflejar las experiencias contemporáneas e inalcanzable para la mayoría de la población. A esto se suma la frágil situación en que se encuentra este tipo de música en nuestro país, siendo urgente la necesidad de inversión y de capital humano.
Como explica el académico del Instituto de Música y de la Escuela de Ingeniería Rodrigo Cádiz: “Los intérpretes deben estudiar durante al menos diez años, y los compositores y musicólogos requieren formación a nivel de magíster y doctorado. Muchas agrupaciones musicales en Chile funcionan en condiciones precarias y no existe una cultura nacional de encargos o donaciones. Además, el financiamiento estatal para la música clásica es insuficiente en comparación con otros géneros musicales”.
Sin embargo, nuestro país tiene una sólida tradición histórica de música clásica, en comparación con otras formas de arte. La Catedral Metropolitana de Santiago guarda cientos de partituras de la época de la Colonia, con una orquesta y coro conformado por músicos profesionales. En 1850 se fundó el Conservatorio Nacional de Música, el segundo más antiguo de América Latina después del de Río de Janeiro. En 1857 se inauguró el Teatro Municipal de Santiago, uno de los teatros más antiguos de la región que se ha preservado a lo largo del tiempo y con funcionamiento permanente.
Asimismo, existe una tradición continua de presentaciones de música de cámara, al menos desde la década de 1880 y de música orquestal, desde la década de 1920. El país también tiene una larga historia de orquestas y coros comunitarios que interpretan música docta.
En la actualidad, en Chile, cada año se ofrecen cientos de conciertos de música clásica, abarcando desde la música antigua hasta la música electroacústica. Asimismo, los compositores chilenos crean numerosas obras de música de arte anualmente, que se estrenan en escenarios tanto nacionales como internacionales.
Además, existen alrededor de 300 orquestas, incluyendo las infantiles y juveniles, además de las profesionales, distribuidas en diversas regiones del país -destacando por ejemplo el Teatro del Lago en Frutillar o la Orquesta Sinfónica de Concepción- aunque la Región Metropolitana es la que concentra la mayoría de ellas (de acuerdo a información de Animupa).
Práctica viva y diversidad de actores
Conoce más del proyecto anillo de Música y Patrimonio Animupa.
Caracterizar la música culta chilena desde una perspectiva patrimonial actualizada, para develar su importancia como un entramado complejo de actores que forma parte del desarrollo social y cultural del país, y una práctica viva cultivada por diferentes comunidades. Ese es el objetivo con que surge el proyecto de investigación anillo de Música y Patrimonio (Animupa), financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Históricamente, la investigación sobre música de arte se ha centrado en el estudio de partituras y en la biografía de los compositores. Sin embargo, el proyecto pretende prestar atención a los significados de la música como práctica cultural.
Su propósito es dar cuenta de la relevancia de este tipo de música como parte del desarrollo cultural y social del país, una práctica viva cultivada por diferentes comunidades que se constituye como una renovada comprensión del patrimonio.
El director del anillo Animupa, Rodrigo Cádiz, expresa su esperanza de que los resultados del proyecto puedan tener un impacto más allá del ámbito académico e influir en las políticas culturales públicas en Chile, orientando el campo de la música de arte hacia el patrimonio como una práctica viva. De hecho, dentro de sus propósitos, es crear un observatorio de prácticas culturales, con foco en la música clásica en el país.
La música de arte o clásica, como cualquier otra práctica musical, es posible gracias a la interacción, colaboración y trabajo de diversos agentes, actores humanos y no humanos. Más allá de compositores e intérpretes, este equipo afirma que se debe considerar un amplio corpus de agentes, incluyendo empresarios, audiencias, instituciones, academias, conservatorios, gremios, grupos comunitarios, entre otros, que permita observar las redes de representación, asociación y valores asociados al patrimonio vivo de estas prácticas musicales en el Chile de hoy.
“Este anillo de investigación construirá un espacio inédito para desarrollar la multidisciplina entre musicólogos, compositores y etnomusicólogos”, afirmó la subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Carolina Gainza, durante el lanzamiento de Animupa, el 1 de junio pasado en el Centro Cultural GAM.
Mirada renovada
Animupa se basa en el trabajo colaborativo y diverso, reuniendo a investigadores de cuatro universidades chilenas, tanto de Santiago como de regiones: Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Alberto Hurtado, Universidad de Playa Ancha y Universidad Austral de Chile.
El equipo definió un objetivo para cada uno de los tres años en que durará el proyecto:
- Establecer y caracterizar prácticas culturales relacionadas con la música culta chilena a la luz de estudios patrimoniales actualizados.
- Analizar las relaciones que existen entre música clásica, lugar e identidad en el contexto del estado actual de la música selecta en Chile.
- Explorar las dimensiones patrimoniales de la música de arte, entendida como una práctica cultural dinámica y viva conformada por una red compleja de actores, incluida la investigación basada en la práctica artística.
Junto con el trabajo propio de investigación, Animupa realizará una serie de seminarios abiertos, dedicados a distintos temas de interés: lo sellos de música clásica chilena (julio), músicos doctos olvidados (agosto), los archivos que guardan el patrimonio nacional de la música en Chile (septiembre), la práctica artística como investigación y patrimonio (octubre) y los archivos regionales (noviembre).
Asimismo, el proyecto también tiene como propósito incorporar y formar estudiantes de pre y postgrado en este campo de estudio. Como finalizan en su propuesta: “Este es un proyecto que tiene como objetivo crear una comunidad de investigación sólida con una mirada renovada y fresca, no solo a la música de arte, sino a muchas otras áreas de las humanidades basadas en teorías novedosas del patrimonio”.
- Rodrigo Cádiz, compositor e ingeniero eléctrico, profesor en el Instituto de Música y la Escuela de Ingeniería UC.
- José Manuel Izquierdo, musicólogo y académico del Instituto de Música UC.
- Daniela Fugellie, directora del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado (UAH).
- Eileen Karmy, socio-musicóloga y profesora asociada de la Universidad de Playa Ancha (UPLA)
- René Silva, compositor y docente de la Universidad Austral de Chile (UACH)
- Nayive Ananías, periodista, magíster en Musicología Latinoamericana UAH y doctora en Artes con mención en Música UC.
- Louis Leclerc, consultor data e ingeniero de investigación especializado en Humanidades Digitales
- Pablo Soto, guitarrista clásico e investigador.